La ariqueña descendiente de familia libanesa que venció las adversidades de la vida
Desde joven tuvo que hacerse cargo del negocio de su padre, luego quedó viuda y sobrevivió a un cáncer.
El estadio Carlos Dittborn estaba repleto y cuando JM gritó la frase "Justicia Divina", que se haría histórica tras el gol de Leonel Sánchez batiendo a Lev Yashin "la araña negra", Susana Abdo Jorrat, saltó de su asiento en el recinto mundialista.
El problema fue que a los pocos segundos después, esta ariqueña, hija de uno de los comerciantes más reconocidos del Arica de antaño (Jorge Abdo), comenzó con dolores y contracciones, propias de su avanzado estado de embarazo.
Según recuerda hoy esta dama que acaba de cumplir los 80 años, en ese momento en pleno partido de Chile con la ex Unión Soviética por el Mundial de Fútbol de 1962, su marido, Silvano Prudant, tuvo que llevarla de inmediato hasta el Hospital Juan Noé, porque venía en camino, quien sería el primero de sus seis hijos.
Pero no todo iba a terminar fácil, porque cuando llegaron al recinto hospitalario "nos encontramos con que la mayoría de las camas y piezas estaban ocupadas con futbolistas lesionados y fracturados de aquel mundial, donde Arica fue una de las subsedes".
Por ello, recuerda que tuvo que ser asistida primero en una oficina, pero al final el parto salió bien.
Esta es sólo una de las anécdotas y recuerdos de Susana Abdo Jorrat, quien celebró ayer su cumpleaños N°80 con familiares que llegaron hasta de Estados Unidos, ya que ella tuvo seis hijos (uno ya fallecido), y fruto de esa descendencia tiene 11 nietos y un bisnieto.
De su niñez, recuerda el negocio de sus padres, Jorge Abdo Nofel, llegado del Líbano y Elisa Jorrat Jorrat, descendiente de libanés.
Se trataba de un local donde hoy funciona Bata frente al BancoEstado, que llevaba el nombre de "Casa Abdo", donde vendían toda clase de artículos de ropa.
"En esos años, llegaban a comprar los ministros del entonces Presidente Carlos Ibáñez del Campo, porque la ropa era importada y de primer nivel", menciona emocionada por esos recuerdos.
Luego, de joven, participó activamente de la famosa Fiesta de la Primavera, donde una de sus hermanas fue reina y ella dama de honor, integrante de esos reinados.
Sobre aquella festividad que este año quiso reeditar la Municipalidad de Arica, Susana Abdo afirma que "nunca va a ser lo mismo, porque esas fiestas eran inolvidables, nosotras nos disfrazábamos de princesas, y una vez me disfrazaron de cometa; además habían carros alegóricos que pasaban por las calles de la ciudad y los bailes de gala en el Edificio Richard's (en Baquedano con Maipú) que pertenecía a la Liga de Estudiantes".
Esta simpática ariqueña cursó sus estudios básicos en el Colegio Italiano Santa Ana, pasando luego a los estudios de Humanidades en el Liceo Jovina Naranjo, para finalizar en el Instituto Comercial.
Como otra anécdota cuenta que no era muy fanática para estudiar, y es más, era la comediante y cantante del curso. De hecho aún perdura esa voz y sentido del humor que la ha mantenido viva, y con un espíritu juvenil que muchos ya quisieran tener.
Se siente, además, muy orgullosa que por sus venas corra sangre libanesa, heredada de sus padres, aprendiendo sus costumbres y cultura, haciendo de ella, una hija de libaneses.
En su etapa de adolescencia, menciona que conoce a Mario Simpson (ya fallecido) con el cual contrae matrimonio, pero lamentablemente esta relación no perduró en el tiempo.
Pasado los años, y luego del fallecimiento de su padre, el comerciante Jorge Abdo Nofel, quien tuvo una larga y penosa enfermedad en la ciudad de Santiago, ella regresa a su querida Arica para hacerse cargo del negocio "Casa Abdo".
Con el tiempo conoce a Silvano Prudant Núñez (Q.E.P.D.) en una de sus salidas al Casino Arica, quien trabajaba en dicho lugar como supervisor de personal.
Al cabo de un tiempo contrae matrimonio con él, el 21 de septiembre de 1961 y de esa unión es que nacieron sus hijos Jorge, Eliett, Soraya, Alex (fallecido), y sus mellizos, Roger y Farid.
Su espíritu inquieto y de vocación de servicio la hace formar parte por varios años del Círculo Hijos de Arica, desarrollando una activa labor en ayuda de quienes más lo necesitan.
Recuerda con mucho aprecio a su comadre y amiga de toda la vida, Rosa Mardini de Kabalan.
En la actualidad, vive en Azapa, donde se siente muy feliz y privilegiada, ya que constantemente está recibiendo la visita de sus seres queridos, entre ellos, sus hijos, nietos y bisnieto; su hermano Jorge y familia; su hermana Illenie e hija Eliett, que radican en Estados Unidos.
En la tranquilidad de su hogar, Susana vive con su hija Soraya y su yerno, quienes han dedicado mucho cariño y amor para cuidarla, estando en las buenas y en las malas.
Ella cree fielmente que "la vida es lo más hermoso que Dios nos puede regalar", ya que dio una dura batalla contra el cáncer de mama, logrando salir airosa, ganándole con mucha fe y esperanza.
Y ayer, sus 80 años, los comenzó a celebrar con una misa oficiada en la Parroquia Sagrado Corazón, para después disfrutar con los suyos en su apacible casa del Valle de Azapa, donde volvieron esos inolvidables recuerdos. J