Las tres décadas que Sergio Mendoza lleva alegrando las Fiestas Patrias en Arica
La historia de Sergio Mendoza González es de sacrificio y amor, condimentos suficientes que lo hacen ser uno de la ramaderos más antiguos en la ciudad de la Eterna Primavera.
Nacido en Viña del Mar, y con 60 años de vida, lleva 41 primaveras viviendo en una de las ciudades más tranquilas como él afirma.
Pero fue el amor por su esposa a la cual conoció a los 15 años lo que hizo salir a don Sergio de la Quinta Región e instalarse en el extremo norte de Chile.
"Como todo sureño que ha venido acá ha encontrado a esta ciudad muy tranquila y espectacular. Arica tiene su algo y yo como soy comerciante busqué qué podía hacer para desarrollarme. A veces uno piensa que esta ciudad no tiene proyección , pero es cosa de buscar ideas y desarrollarlas", relata.
"Yo llegué a Arica y conocí a mi esposa que tenía 15 años; luego pololeamos cuatro meses y nos casamos. Yo era cuatro años mayor y hasta el día de hoy estamos juntos y nos complementamos para trabajar la fonda Las 'Chicas Súper Poderosas'".
Agregó que "yo me llevé a mi mujer a Viña cuando recién nos conocimos, pero a ella no le gustó, porque en ese entonces Viña era muy movido y al contrario de Arica donde hace cuarenta años existía una tranquilidad absoluta no se pudo acostumbrar y nos tuvimos que regresar".
El comerciante dijo que la tranquilidad en Arica se ha ido perdiendo con el tiempo. "Uno antes dejaba las puertas abiertas y no pasaba nada; no existían las protecciones en las ventanas. Ahora casi todos los hogares tienen protección, pero a pesar de eso uno vive súper tranquilo y relajado en la ciudad. Esto fue un factor fundamental a la hora de emprender mi negocio".
Cuenta que comenzó hace más de treinta años con las ramadas. "Con mi mujer hemos luchado bastante para conseguir esto al principio teníamos un espacio de 5 por 5".
Reveló que el nombre se debe a que "yo tengo cuatro hijos y mis hijas que son menores veían esos dibujos animados cuando las Chicas Súper Poderosas estaban en su máxima popularidad, así que de ahí salió el nombre de nuestro negocio".
Detalla que los nombres de las primeras ramadas ni siquiera las recuerda, "pero las Chicas Súper Poderosas se quedaron en la mente de las personas, así que trabajamos con ese nombre y no creo que lo vaya a cambiar, porque ya mis hijas crecieron tienen nietos y no sería bueno cambiarlo a esta altura".
Ahora la ramada mide 20 por 9 metros y se ha notado la expansión que ha tenido el negocio de tinte nacional. Es una ramada gigante es una de las cocinerías más grandes de las fondas oficiales de Arica. Lo lamentable es que cuesta conseguir gente para trabajar en esta ciudad por lo que tenemos que contratar personal en Tacna. Les pagamos todo lo que tenemos que pagarle lo cual es mucho, nos exigen contrato y todo lo que corresponde por una persona que vaya contratar por el tiempo", explicó Mendoza.
El microempresario explicó que desde el lunes que tiene abierto su negocio, "pero la noche del martes estuvo muy buena la afluencia de la gente comenzó a llegar desde las 10 de la noche y de ahí no tuvimos tiempo para descansar".
"Porque este es un negocio que exige mucho tiempo, con decirle que desde el sábado llevo durmiendo sólo dos horas diarias y mi señora está en la misma. De hecho llegaron unos familiares desde el sur y querían trabajar con nosotros motivados por la fiesta que se vive en el interior de la ramada y sobre todo la noche, la fiesta y el baile, pero al primer día tiraron la esponja y nos dieron el favor diciéndonos que este trabajo es muy cansador".
Sobre el gusto musical de los ariqueños en este mes, Mendoza reveló que "les gusta la cueca, pero insisten en algunos cantantes de moda como Américo, Los Rivales y grupos que están pegando. Pero también a veces tenemos que colocar reggaeton y en parte es bueno, porque a través de la música vemos que distintas generaciones se divierten".
Explicó que lo que más piden en este tiempo para comer son los asados , aunque "yo acá hago sopaipillas y picarones, porque yo trabajaba con mi mamá a los seis años y ahí trabajaba las masas. Entonces desde ese tiempo que sé hacer una de las mejores masas para estos productos. Por esos nuestros clientes saben que antes de comer cualquier cosa, deben pedir sopaipillas o picarones. El secreto es que yo no pesco pesas ni nada, tengo la medida en las manos. La harina la tiro, no la peso, las medidas las tengo en las manos, así como echo harina y agrego los otros ingredientes. Nunca me ha fallado esa técnica y la gente me mira y espera todo el proceso muchas veces. De hecho ayer se acabaron todas y la gente exigía que le hiciera, pero en la noche no había dónde comprar harina".
"Yo le he tratado de enseñar a hacer picarones a varias personas que han trabajado con nosotros, pero no han aprendido. Lo que pasa es que la escuela de hoy es todo con medidas y el arte de cocinar muchas veces no es algo que se pueda medir, sino se trata de saborear".
"Pero yo sigo diciendo que si no hubiera conocido a mi señora, Andrea Flores, nos estaría donde estoy". J