El día en que Felipe Flores fue vendido por $10 mil
El jugador está dolido con algunos hinchas. Ayer apareció a la venta en Mercado Libre y acá lo compramos, en una insólita transacción.
A las 12.30 horas de ayer, La Estrella compró vía Internet al jugador de Colo Colo Felipe Flores. El delantero, horas antes y sin aclaraciones, había sido puesto a la venta en el sitio Mercado Libre por un valor de $10.001. Valía, en verdad, $1, pero tras el gol que el domingo convirtió a Iquique su precio se elevó en un diez mil por ciento. La Estrella, incapaz de determinar el genuino trasfondo del negocio, realizó ágilmente la transacción (Código de artículo: 412422437).
El vendedor, Gonzalo Pérez, el hombre que arbitrariamente se apoderó del futbolista, adjuntó las virtudes de su mercancía. Dijo que Flores era un artículo usado, pero en buena forma. Ejecución perfecta de penales. El resto no puede saber a lo que juega, es alternativo. Esperamos ofertas, finalizó Pérez.
La Estrella no dudó: era una oportunidad única. Hablamos de un jugador profesional, 26 años, vistoso currículum (ha jugado en diez clubes), gentil y empeñoso. El periodista lo compró. Y envió un mail al vendedor: "Acabo de adquirir al centrodelantero Felipe Flores. Comuníqueme el sistema de pago y los costos de envío. Y le pido que aclare qué es lo que en concreto va a enviar".
Acerca de un bullying
Desde hace un tiempo aparecieron colocolinos que molestan cruelmente a Flores. Lo apodan "Flores Mori", en alusión al argentino Rogelio Funes Mori, experto en errores. Lo pifian al entrar a la cancha y lo pifian al retirarse.
- Es sólo un sector. La Garra Blanca ha dicho que me apoya- dijo Flores, quien aún ignoraba que La Estrella sería su flamante dueño virtual.
- ¿Cómo lo toma?
- Me da mucha pena. Me da mucha tristeza. Yo no me pierdo goles porque me los quiero perder.
- ¿Ataques injustos?
- Creo que sí. Soy un jugador de la casa y uno merece un mejor trato. A otros no los tratan así.
- ¿Sabía que usted estuvo a la venta por $10.001 en Mercado Libre?
- Ya me están agarrando pal fideo de todos lados. Chao no más. Que cada cual haga lo que quiera.
Estamos con Pipegol
Según el convenio estipulado, el artículo adquirido -es decir el señor Flores- debía ser enviado a una dirección particular. El periodista sospechaba que, al llegar su casa, el delantero Felipe Flores lo esperaría sentado en el living con la pierna cruzada ¿Qué haría con Flores? ¿Estaría obligado a compartir la vivienda con su nueva compra humana? ¿Tendría que buscarle club? En ese momento, La Estrella llamó otra vez al jugador.
- ¿Sí?- respondió Flores.
- Le informo que lo compré hace una hora.
- ¿Qué?
- No me malinterprete, pero lo compré por Internet. Me parece que usted es mío…
-…
- Hoy, a la hora de comida, lo conversaremos en la casa.
Y Flores cortó. La Estrella, desconcertada, entendió: el futbolista real no está a la venta. Es un jugador que se va a reencontrar con el gol. La otra venta, sea lo que sea que haya sido, quedó en suspenso.