Alejandra Solis Araya
No alcanzó ni a estar un mes en libertad un hombre y volvió a la cárcel de Acha tras ser detenido por Carabineros portando un cuchillo y una munición de 9 mm.
Ayer, el imputado Rodrigo Cáceres Valdenegro de 41 años estuvo sentado en el banquillo de los acusados en el Tribunal de Garantía y al consutarle la jueza Paulina Zúñiga el número de su cédula de identidad, este le señaló que no lo sabía, con la explicación que la semana recién pasada fue a solicitar su cédula, ya que estuvo 13 años privado de libertad en el penal.
Los hechos
Según los antecedentes expuestos por el fiscal Luis Soriano, los hechos se registraron a las 8 de la mañana, cuando el imputado ingresó a un local de comida rápida, ubicado en Diego Portales, cerca del Terminal Internacional y pidió un sandwich y un café para tomar desayuno, pero al solicitar la garzona que pagara la cuenta, este se negó, manifestando que no tenía dinero y que primero tenía que ir a vender unas zapatillas para luego sacar un cuchillo, el cual dejó arriba de la mesa.
La dueña del local de 58 años, llamó a Carabineros, quienes llegaron de inmediato, encontrando al sujeto al interior del local. El fiscal expuso que los uniformados revisaron el banano que portaba el imputado, encontrando en su interior un cuchillo tipo corta pluma y un cartucho 9 mm, del que no pudo acreditar el porte y tampoco si contaba con el permiso correspondiente. Por tal situación, Carabineros de la Tercera Comisaría procedió a su detención.
Formalización
El imputado fue formalizado por el delito de porte de arma blanca y porte ilegal de munición bajo la Ley sobre Control de Armas. El persecutor solicitó la prisión preventiva con el argumento que el imputado cumplió una condena de 13 años por tres robos en lugar habitado. Además informó que la munición incautada está siendo periciada por Carabineros del Laboratorio de Criminalística (Labocar) para establecer si está o no apta para el disparo.
Defensa
El defensor público Camilo Valle, se opuso a la medida cautelar con el argumento que su representado le manifestó una versión distinta de los hechos expuestos en la audiencia, y que además la fiscalía no puede solicitar una medida tan gravosa como la prisión preventiva por registrar su representado una condena. Además expuso que el porte de arma y munición no tienen una pena de crimen por lo que podría acceder a otra cautelar.
A la cárcel
La magistrada Paulina Zúñiga no acogió la tesis de la defensa; primero argumentó que la nueva ley de Control de Armas establece que este tipo de delitos se debe cumplir con pena efectiva, por lo que accedió a la petición de la Fiscalía y decretó la prisión preventiva. El hombre fue enviado al centro penitenciario de Acha, nuevamente, pero ahora estará en la sección de imputados. Se fijó un plazo de investigación de 90 días.
En tanto el imputado, en el momento que tenía que abandonar la sala, gritó que no hizo nada que solo estaba esperando un bus para ir ver a su mamá.